Después del Ajuste, Nada Será Igual para el Periódico

Lo que estamos viendo en materia de cambios y drásticas reducciones de costos en los periódicos de los Estados Unidos y Europa, se parece bastante a un tsunami autoaplicado. Y no es para menos. Las pérdidas no pueden ser cubiertas por los magros ingresos netos y el crédito ya no está disponible, mientras los lectores siguen estando en la vereda de enfrente y otros ya han comenzado a buscar refugio en los medios alternativos gratuitos, pues esta crisis está golpeando a todos por igual.

Dentro de esta realidad, los periódicos de pago no se han quedado solos. También les llegó la hora de la verdad a los gratuitos, a raíz de la fuerte retracción de la pauta publicitaria. Así, todos intentan replegarse de la mejor manera posible, a la espera de una nueva señal de los mercados, dado que hasta el capitalismo vigente se quedó sin respuestas ante los errores de gestión y ambición de muchos de sus operadores globales. Por tanto, la duración y salida de esta crisis guardará una relación directa entre la solución consensuada por los líderes de occidente y la reversión del impacto psicológico que hoy afecta el comportamiento de las instituciones, empresas y del ser humano.

Mientras tanto,...¿qué hacer?
En primer término, lo que hace ya décadas atrás nos enseñara el padre de la administración moderna – Peter Drucker: “concentrarnos en la subsistencia de la empresa”. Pero en esta oportunidad hay algo más que el periódico deberá contemplar en forma simultánea: ¡Colocar al cliente-lector en el centro de la nueva gestión!

En la presente circunstancias esto no se trata de una mera expresión de deseos o fantasía. Siempre el periódico debería haberlo hecho, pero lamentablemente no se dio en la gran mayoría. Y si hay alguna duda de ello, sólo basta con ver cómo los periódicos hoy vienen haciendo sus ajustes: ¡De puertas-hacia-adentro!, mientras el lector espera solo y abandonado en la vereda de enfrente, tal como ya lo habíamos manifestado. Nuevamente ocurrirá que el lector luego deberá pagar por algo que otros han decidido por él. Ciertamente, para nada este es el proceder que hoy demandan los mercados de consumo. Hay ejemplos muy elocuentes de cómo las empresas exitosas hoy innovan y ganan dinero a partir del aporte de los prosumidores.

Cuando uno observa esta realidad no deja de producirnos un cierto dolor. ¿Por qué? Porque se tratan de prácticas autoritarias que, posiblemente, sus autores ni cuenta se dan de ello, y que están en la antípoda de lo que debería realizarse. Y es en la consecución de estas prácticas en donde radican los serios problemas estructurales y culturales que la industria del periódico viene teniendo en las últimas décadas. De allí las dificultades que arrastran y la imposibilidad de poder-saber reposicionar el negocio a partir una estrategia centrada en la innovación en el valor y en el cliente, simultáneamente.

Felizmente nunca es demasiado tarde para cambiar, aunque ahora uno se encuentre en medio de la crisis. El periódico impreso dejará de ser un medio masivo –en realidad ya dejó de serlo hace tiempo– pero la empresa periodística cuenta con la materia prima clave que sí puede fluir a través de las distintas plataformas –incluido el papel– y que hoy son relevantes para segmentos representativos de públicos que necesitan estar informados a lo largo del día.

En consecuencia, el periódico todavía está a tiempo para convertirse en el referente natural de la información, contenidos y entretenimiento –que también es información– para múltiples segmentos clave del mercado. Por cierto que hacerlo sin el cambio de misión, visión y re-enfoque estratégico será inútil y frustrante. Pero los que ya lo han realizado –entre ellos el joven Rupert Murdoch– dan muestra plena de que ello es también factible en la industria del periódico.

Al respecto,... ¿su periódico cuenta con los talentos, el conocimiento y la vocación de liderazgo para llevarlo a cabo?

José Podestá – Editor

domingo, 16 de noviembre de 2008